Pequeños lazos que no son más que la razones creados con las lágrimas de cada latido de mi corazón, lágrimas por ti amor, pequeñas gotas salidas de cada grieta que abriste en mi pequeño murallón de sentimientos, sellados por viejas relaciones y por malos momentos.
Que sí, que yo he cambiado pero para rebajarme y dejar todo de lado por ti mientras tú todo de lado dejabas para irte por ahí, de paseo con tus nuevos amigos y así, sí, y así dejarme a mí, mientras solo me hundía y era moralmente injusto hasta conmigo mismo, que fuiste tú la que cambió, la que se quiso joder, la que encontró la grieta para tirarse al abismo, dando como excusa que solo y solo el tiempo lo podría curar, diciéndome a la cara tal mentira, con esas pequeñas pero grandes palabras, muertas por dentro, con risa falsa por fuera y rellenas de falsedad.
Y sinceramente todos pueden que decir que pase de página, pero no saben que mi vida es un libro y que tú eres la última carilla y que tendré que hacer algún apaño, que si voy salteando páginas te encuentro por el medio y te leo y me entretengo, te extraño y me entra el miedo, las ganas de tenerte aquí de nuevo.
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